[O estranho caso de Angelica, 2010, Manoel de Oliveira]
Un joven hace un retrato fotográfico de una muchacha recién fallecida y se enamora de ella. Una historia como esta podría ser hermosa, lírica, arrebatadora, pero "El extraño caso de Angélica" produce en mí el mismo efecto que ciertos cuadros del Renacimiento o ciertas composiciones barrocas. Es agradable contemplarla, no se le puede reprochar absolutamente nada, y el dominio de las técnicas es absoluto. Pero no me emociona, no me toca, no conecta conmigo. Oliveira crea una atmósfera etérea, mágica, sedante, pero carente de auténtica belleza, tristeza o pasión. Las interpretaciones son desconcertantes, cuasi-bressonianas, y las imágenes formalmente inmaculadas pero simples, toscas.
Muy pocas películas me habían resultado tan ajenas como "El extraño caso de Angélica". Me maravilla que un señor de 103 años siga dirigiendo, ¡y de qué manera! Son verdaderamente fascinantes la lucidez y la personalidad propia, única, de su cine. Pero al igual que utilizo la palabra lucidez, Oliveira habita, y nos habla de, un mundo diferente, irreal, atemporal (aunque la ambientación de esta película es supuestamente actual). En definitiva, un mundo muy íntimo suyo, que viene del pasado y pertenece al pasado, que desprende nostalgia y secretos que están muy lejos de lo que yo pueda experimentar. “El extraño caso de Angélica” es un juguete particular de Oliveira, es una burbuja en el tiempo en la que yo no sé entrar.
Puntuación: 2,5 / 5
Lo mejor: la sencillez de Oliveira y su entrañable regusto añejo combinado con su insólita modernidad y frescura.
Lo peor: la frialdad y la distancia que irremediablemente me separan de comulgar con esta película.
Un joven hace un retrato fotográfico de una muchacha recién fallecida y se enamora de ella. Una historia como esta podría ser hermosa, lírica, arrebatadora, pero "El extraño caso de Angélica" produce en mí el mismo efecto que ciertos cuadros del Renacimiento o ciertas composiciones barrocas. Es agradable contemplarla, no se le puede reprochar absolutamente nada, y el dominio de las técnicas es absoluto. Pero no me emociona, no me toca, no conecta conmigo. Oliveira crea una atmósfera etérea, mágica, sedante, pero carente de auténtica belleza, tristeza o pasión. Las interpretaciones son desconcertantes, cuasi-bressonianas, y las imágenes formalmente inmaculadas pero simples, toscas.
Muy pocas películas me habían resultado tan ajenas como "El extraño caso de Angélica". Me maravilla que un señor de 103 años siga dirigiendo, ¡y de qué manera! Son verdaderamente fascinantes la lucidez y la personalidad propia, única, de su cine. Pero al igual que utilizo la palabra lucidez, Oliveira habita, y nos habla de, un mundo diferente, irreal, atemporal (aunque la ambientación de esta película es supuestamente actual). En definitiva, un mundo muy íntimo suyo, que viene del pasado y pertenece al pasado, que desprende nostalgia y secretos que están muy lejos de lo que yo pueda experimentar. “El extraño caso de Angélica” es un juguete particular de Oliveira, es una burbuja en el tiempo en la que yo no sé entrar.
Puntuación: 2,5 / 5
Lo mejor: la sencillez de Oliveira y su entrañable regusto añejo combinado con su insólita modernidad y frescura.
Lo peor: la frialdad y la distancia que irremediablemente me separan de comulgar con esta película.
Es como un cine único el de De Oliveira.
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