[The
Stepford wives, 1975, Bryan Forbes]
Primera película realizada en Estados
Unidos por el británico Bryan Forbes, director de propuestas bastante
interesantes por su originalidad. Lo que filmó después de ella parece, a
priori, mucho más flojo: una versión de Cenicienta y una secuela de "Fuego
de juventud" (National Velvet), aquel clásico de caballitos con una
jovencísima Liz Taylor. En su carrera en Reino Unido figuran, sin duda, filmes
más atractivos, que van desde comedias hasta dramas y thrillers sobrenaturales.
En todo caso, ésta es una película bastante notable aunque un tanto reiterativa
y sin la garra suficiente. Se basa en una novela de Ira Levin, autor (no es una
señora como pensé durante mucho tiempo) también de "La semilla del
diablo" o "Los niños del Brasil"; y la adaptación corre a cargo
del afamado William Goldman. Frank Oz dirigió a Nicole Kidman en un remake
(2004) titulado en España "Las mujeres perfectas".
“Las
esposas de Stepford” tiene el sello tanto de Forbes como de Levin, y
efectivamente se distinguen rasgos en común (salvando las distancias) con las
dos obras que he citado del escritor. Es en primer lugar una película de
suspense, pero su gran debilidad es que se adivina sin mucha dificultad lo que
va a suceder. El punto de partida es incluso demasiado evidente y recuerda a
novelitas baratas de terror: matrimonio con dos hijos huye del mundanal ruido
de la ciudad para instalarse en un apacible e idílico pueblecito... donde
naturalmente las cosas no son lo que parecen. Y es que cuando ella, Joanna
(Katherine Ross), comienza a relacionarse con los habitantes de Stepford, le
intriga que todas las mujeres sean corderitos, complacientes amas de casa y
excelentes amantes y esposas de sus maridos. Junto con una amiga, también
recién llegada al lugar y aparentemente la única como ella, Joanna intenta
averiguar qué se esconde detrás de esa impresión de perfección. A mi entender
el problema es que la película no tiene muchas cartas que jugar y la parte
central decae sin saber mantener una tensión ni ofrecer escenas memorables.
Solo el desenlace, más allá de lo predecible que pueda ser, mejora un poco el
sabor de boca final con una última secuencia ácida y genial, cargada de
significado.
Y
es que en realidad la película tiene una doble lectura clara, aunque tampoco
gana demasiado con ella. Es un retrato mordaz de la llamada "mujer
florero", que está personificada en todas las impecables esposas de
Stepford. Frente a ellas, Joanna se opone a la masculinización del pueblo,
quiere desarrollar su afición por la fotografía y le repulsa la idea de pasarse
el día encerrada en la cocina limpiando. No estoy seguro de si con este mensaje
la película pretende ser una reivindicación feminista (en cuyo caso me parece
bastante torpe y chillona, máxime a mediados de los setenta), o simplemente ofrecer
una visión sarcástica, incluso burlona y en clave de comedia, de un
comportamiento social que realmente existe. En todo caso, “Las esposas de
Stepford” juega con bastante habilidad a mezclar géneros, y aunque su atmósfera
no sea todo lo misteriosa e intrigante que podría llegar a ser, definitivamente
la secuencia final que he mencionado antes bien hace que su visionado valga la
pena.
Puntuación: 3 / 3
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