[La Vénus à la fourrure, 2013, Roman Polanski]
A veces me pregunto hasta qué punto le quita mérito a una
película el hecho de parecer secuestrada de una representación teatral. Por
ejemplo, la anterior de Polanski, "Un dios salvaje", perdía siendo
filmada y descompuesta en una planificación acartonada y olvidable. Admitiré
sin embargo que “La venus de las pieles” funciona de maravilla en la gran pantalla
pese a su obvia y limitada estructura escénica.
Contribuyen a ello los dos protagonistas, Thomas y Wanda:
Mathieu Amalric, que es sin duda de los mejores y más polivalentes actores del
panorama actual, y Emmanuelle Seigner, a la que no tenía vista desde que ambos
trabajaran juntos en “La escafandra y la mariposa". Pero es en especial el
guión del novelista David Ives y del propio cineasta polaco lo que da gran
fuerza a su última producción.
Polanski establece un desarrollo narrativo bastante simple,
dos personajes que no se conocen entablan una relación que va haciéndose más
compleja y retorcida hasta llegar a un final sorpresivo. Para ello, el director
recurre al fabuloso y efectivo recurso de entremezclar ficción y realidad, aludiendo
a relatos en diversos niveles. El rol femenino de la obra, que comienza engañando
con una imagen de inestabilidad y debilidad, se erige rápidamente en el personaje
dominante y que marca las reglas del juego. Su verdadera identidad y motivos no
quedan del todo claros hasta el mismo desenlace, punto hasta el cual va jugando
con su contraparte masculina, dando la vuelta una y otra vez, hasta
desenmascarar, a los deseos y ambiciones
sexuales entre hombre y mujer que subyacen del libreto teatral escrito por Thomas
y del propio Thomas. "La venus de las pieles" se convierte en una
divertida, mordaz y obsesiva persecución entre gato y ratón, cargada de tensión
y erotismo. Muy en la línea del Joseph Leo Mankiewicz de la genial “La huella”,
a la que recuerda en muchos momentos, Polanski firma una sólida película que
confirma que sigue siendo uno de los mejores supervivientes de los cineastas
europeos “superstar" de las pasadas décadas.
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